Filosofía

“Um y yang”, equilibrio

Lo más importante para todo aquel que practica Tae Kwon Do es la Lealtad. El Tae Kwon Do puede ser un arma de dos filos. Quien no comprende la verdadera esencia y filosofía de este arte, se convierte en un ser soberbio, prepotente y de mentalidad cerrada. Nuestra disciplina, como toda actividad en la vida, necesita tener raíces y troncos fuertes, bien cuidados. Sin una atención adecuada a las bases, las flores se pudrirán y no habrá frutos.

Por tal razón este es un aspecto limitado. Pero en su sentido más amplio y más profundo, aquel que podemos aplicar en nuestra vida diaria, el Tae Kwon Do es con la constancia, la disciplina y el respeto a los demás, lo que nos permite alcanzar las metas personales y profesionales que nos proponemos. De esta manera, a través de nuestro Arte Marcial, es posible alcanzar esa actitud de triunfador. Si aplicamos la esencia de la marcialidad a nuestra vida diaria, seremos más felices, y a fin de cuentas todos los seres humanos, sin excepción, estamos buscando la felicidad.

En las Artes Marciales la felicidad interna es el objetivo principal, así como lograr el equilibrio entre la mente y el cuerpo. El Tae Kwon Do es un cincuenta por ciento de espíritu y un cincuenta por ciento de físico. Esto está representado en el Um y el Yang, el símbolo oriental del equilibrio, donde la luz es la verdad, el aire es el ambiente, el fuego es el amor y el alimento, la voluntad.

En el área de combate, que mide 64 metros cuadrados, los competidores se enfrentan en 3 rounds de 3 minutos cada uno y hay cinco jueces que califican o descalifican y que deciden quien es campeón y quien no. Pero la vida diaria no termina en un round de tres minutos, ni tenemos sólo cinco jueces calificándonos. Tenemos muchos más y sobretodo, uno que es el más difícil de complacer, el de la conciencia; la idea principal es hacer campeones de la vida todos los días.